La salteña
Las sensaciones de la semana y los efectos de la
política en nosotros, los comunes. De eso se trata este editorial que viene
cargado aunque de buena onda, con ganas de conciliar y esperando que los
capitanes del barco, El Argentino, esta vez encuentren el rumbo a Oriente, a la
ruta de las especies, a las riquezas y el bienestar.
Domingo a domingo voy a tener que abrir un diario de
mis sensaciones porque los salteños venimos de susto en susto, con un lunes o
martes con una bomba que explota en la política, la economía o el deporte, que
nos deja turulecos y sin ganas de
nada. Hay una lista larga: Macri
diciendo que “van a terminar amando a Christine
Lagarde”, el dólar trepando a 42, Juan
Manuel Urtubey reunido con otros peronistas y el hombrecito que pedía plata
en el colectivo porque es sordomudo. Todo me afecta. Siento lanzazos en la
cabeza y el corazón y si no lo cuento van a seguir lacerándome y haciéndome
mal.
Como siempre lo mejor para acomodar mis pensamientos
es acomodarme en la camilla de la Gabi
y dejar que sus manos, sabias, masajeen las sinuosidades tensionadas que van
desde el cuello hasta los pies y que ponga esas piedras calientes, húmedas, en
la espalda. Ella se descalzará y con música suavecita hará que te sientas
mejor, centrado, reflexivo. ¡Qué lindo!