Sunday, September 23, 2018

Gringos racistas


Y como evitarlos

Y no es que nosotros no lo seamos. Miles de veces, millones, hemos empleado el “negro de mierda”, para insultar al otro, para disminuirlo, para hacerlo sentir una basurita, inferior a un “cepe culón”. Y no nada más los gringos de ojos azules, el “negro de m…” está a flor de labios de todos, incluidos nativos, autóctonos, morochos de pelo hirsuto y pelopincho.
Y la farándula local está llena de ejemplos. Federico Bal, judío, dijo que los argentinos somos todos unos “negros de m…” en una grabación privada. Y lo raro es que Argentina está compuesta de tantas nacionalidades como las que componen el globo terráqueo. Aquí vinieron a hacerse la “América” españoles e italianos, rusos y sirios, alemanes y serbios, ingleses y franceses; pero también africanos, caribeños, asiáticos. Somos una mezcla de sangres, culturas, tradiciones. Todos hemos probado, o comemos diariamente, empanadas árabes, pizzas, picante de pollo,  chanfaina, chipá o cuñapé, fejoada.

Vean lo que dicen algunos medios en EEUU:
Soy “bueno” para los estándares de los norteamericanos, o al menos “mejor”. Mi piel es clara, la mayor parte del tiempo me visto como un profesional de clase media y mi manera de hablar delata un grado de asimilación a la masa americana blanca…


Mientras la sociedad es caracterizada como que privilegia la igualdad de oportunidades, la realidad de todos los días es la de ser subordinado en casi todo, pero esto es especialmente cierto cuando los negros se aventuran en espacios esencialmente blancos…

Los bebés negros tienen el doble de posibilidades de morir que los blancos, algo que es mayor que 15 años antes que la esclavitud terminara en 1850. Trágicamente, una disparidad similar existe para las madres negras, que tienen tres veces más posibilidades de morir de complicaciones de embarazos que las blancas…

Mi primera experiencia con el racismo fue lo que vi en las noticias: todos los criminales parecen ser descriptos como “jóvenes negros”…
Nigger Hair Poster
Nigger Hair Poster

Ahora, como forma de contribuir a la armonía general, es que propongo mis
Puntos para escapar al racismo de los gringos (frijoleros)
Cambiar el nombre.
Cambiarse de Condorí a Condorman, por ejemplo, de manera de pasar totalmente desapercibido.

Aprender inglés.
O al menos las frases simples como: please, o thank you, cosa de que nos confundan con un campesino de Wisconsin.

Teñirse de rubio.
Y al menos una vez al mes, no sea que las raíces se empiecen a mostrar y nos delaten. Siempre es bueno parecer blanco, anglo-sajón y de la Church of England, man.

Vestir el sombrero panameño del abuelo.
Ese que estuvo guardado en el ropero por tantos años de manera de impresionar con nuestro estilo, o al menos pasar por locos u otras cosas.

Hacerse pasar por conde.
Como descendiente de condes alemanes fugados en la guerra de los 100 años y casados con las princesas de La Paz Manta, siempre esperando que nos confundan con un visitante alemán de alta alcurnia.

Insultar en aimara.
Es una buena medida porque lo voy a insultar al gringo de arriba a abajo y no se va a dar cuenta. Je, je. Y menos si pongo cara de circunstancia, o de misterio y digo mis insultos y blasfemias con sangre fría y determinación.

Hacerse el tonto.
Siempre se puede recurrir a este recurso. “No escucho lo que me dice, maldito gringo, hijo de la chingada, no quiero escuchar, no oigo, no, no”.

Al final, si todos estos tips resultan ineficaces y lo mismo me insultan, me desacreditan, me pisan el dedo gordo y me escupen; siempre tengo la opción de sacar el dedo medio, decir en inglés rudimentario F-U-C-K Y-O-U, y volverme a mi país donde voy a ser, sino el rey de todo mi country, al menos el señor de mi casa. ¡Carajo!

¡Qué lindo lo que cantaba Neil Sedaka!
Harbours open their arms to the young searching foreigner
Come to live in the light of the beacon of liberty… Neil Sedaka - The Immigrant

El formar una sociedad más justa tiene que nacer desde el hogar y todo cuenta. Enseñar a nuestros chicos a amar a los compañeritos, puede ser un comienzo. El tratarnos bien y el respetarnos también. No puede ser que el color de la piel, la nacionalidad o la religión, se tome como un insulto. Estamos lejos de mejorar y somos tan racistas como aquellos gringos. Bien clarito.

Artículos relacionados

Ay diosito del Milagro. Este calor de estos días, de casi 40° centígrados, nos está matando, y eso que recién entramos en la primavera. Espero que la mamita del Milagro nos proteja de los vendavales que azotan al mundo y que hacen parecer que se acerca el fin del mundo

No comments:

Post a Comment