Sunday, September 9, 2018

Para los mentirosos y mentirosas


En este editorial hablamos de los políticos y abrimos los ojos de la gente, para que no se deje engañar. Los políticos pueden ser de izquierda o de derecha pero todos mienten, señores, y lo hacen descaradamente. Todos. Todititos. El Evo, la Cristina, el Mauricio. Y si le pones los videos, recordando sus dichos, capaz que todavía te hacen juicio y te mandan al calabozo, en “cana”, a reflexionar sobre el acento de las hormigas africanas o la huelga de hambre de las ballenas australianas. Al final te recomiendo unos masajes de ensueño…

Me causan gracia cada vez que hablan sobre democracia y libertad, porque ellos no son democráticos ni favorecen la libertad. Los Evo Morales, los CFK, y los Maduros han venido para quedarse para siempre en el poder, y punto. No tienen la idea de alternancia en el poder, ni quieren tenerla. Creen en la revolución violenta para la toma del mando como lo predicaban Fidel y el Che. No creen ni medio en Dios, y menos en la iglesia, así que no se por qué quieren sacarse la foto con el papa. Y la libertad de expresión les sirve cuando ellos sienten amenazadas sus libertades. Entonces está demás debatir sobre si hay libertad de expresión con Evo, en Bolivia. Simplemente no tienen incorporada esa opción en su cerebro y punto.



No hay aquí que llamar a la opinión de nadie. Para muestra basta un botón. Hay escapados varios políticos opositores del país, Carlos Valverde tuvo que irse a Buenos Aires porque el estar en Bolivia le significaba peligro, por decirlo elegantemente, y son cada vez menos los medios de comunicación que opinan en contra del “caudillo”. Como cualquier otro dictador, de la ideología que sea, cuando lo critican sabe que tiene que cerrar la boca del criticón, para que esa voz no se escuche más.

Parece que todos los imitadores de Stalin hubieran aprendido del mismo librito y dicen las mismas cosas. “Son los gringos, pué, en conspiración con la DEA, la embajada norteamericana, los cipayos y burgueses”. “Son mentiras nomás, oiga”. “Una conspiración de la derecha recalcitrante”. “Son los poderes de la oligarquía y los judíos que quieren seguir conservando sus privilegios”. Todos esos cantitos ya los escuchamos, más las críticas a Estados Unidos y sus políticas y socios. Claro que ni media mención a las estrategias de hambre de Maduro, contra su propio el pueblo. Ni un cuarto de crítica a la dictadura de Fidel Castro, que tuvo más años que la de Fulgencio Batista, a la que combatía. Y menos todavía al camarada Stalin que de haber vivido ya estaría mandando sus asesinos por estos lares para callarnos la boca.
Foto alterada sin Yezhov
Foto alterada sin Yezhov
Voroshilov, Molotov, Stalin y Yezhov
Voroshilov, Molotov, Stalin y Yezhov

Y hablando de mentiras, los que miramos de enfrente a la clase política y no nos interesan ni CFK ni Macri, decimos basta. Ya no los queremos porque nos hemos quemado un montón de  veces. Les hemos creído varias veces y nos han mentido otras tantas. “Que si Argentina está mejor que Alemania”. “Que si los índices de pobreza son estigmatizantes”. “Que si la problemática económica es lo más fácil de arreglar”. “Que si nos regalan el petróleo”. Ustedes ya lo saben, si dicen algo, y prometen un montón, va a quedar grabados y después los periodistas, ¡atrevidos!, se los van a volver a pasar como para recordar lo que prometían.

Bueno sería que en vez de proponer leyes que sancionen a los periodistas por decir mentiras, según ellos, se proponga un tribunal de ética que castigue las propias mentiras de los políticos. Porque mienten y mienten y no dejan de mentir y cuando se les pregunta sobre las mentiras ellos mismos se pisan porque preguntan: “¿Te refieres a la mentira 1 o 2, changuito?”. Y es que si hacen un listado van a ver que la lista es cada vez más grande y es que el archivo te mata, dictador. Tenés que quemar los libros, los archivos, pero también Youtube e Internet, y prohibir la lectura y el estudio de la historia, dictador. De lo contrario te van a ver las mentiras. Y además los servidores públicos, pagados con plata del estado, son los políticos y no los periodistas. Y los políticos deberían dar el ejemplo y no mentir.

Demás está decir que nos gusta la libertad, en todo su amplio espectro. Que todos se puedan expresar, ampliamente, y en el mismo canal de televisión del estado. Hebe de Bonafini le dice “hijo de puta” y otras cosas malas al presidente Macri, desde el canal estatal donde ella tiene un programa. No recuerdo que ningún político, ensayista o periodista tuviera un programa crítico en el canal estatal en la época de CFK y pudiera explayarse al igual que Hebe.

Fíjate que dice una página boliviana sobre el Evo: …La mentira más grande de Evo fue decir que respetaría la decisión del pueblo en el referéndum Constitucional, vemos con tristeza como todo el aparato Estatal procura irrespetar la Carta Magna y al mismo tiempo ignorar la voz del pueblo… (De verdad hablemos de las mentiras de Evo y Álvaro, ejutv.com, 3/10/2016)

Para los mentirosos, y mentirosas, aquí les muestro el dedo del medio en señal de cansancio y también de asco, porque todos los políticos nos mienten, nos prometen cosas y después se c… en la gente. Así clarito, y no es más que poner Youtube y ver lo que decían un año atrás. ¡Vergüenza debería darles!

Pero basta de pálidas. Estoy tan contracturado con la suba del dólar, el viaje de Dujovne a Washington, el precio de las tortillas, y el gabinete de Macri, que necesito relajarme. Necesito unos masajes con piedras tibias. Necesito de alguien que sepa de técnicas orientales y te pase unas manos suavecitas por los hombros y escuchar esa música oriental. Necesito de alguien que acomode esos músculos del cuello, y me ponga unos aceites balsámicos. ¿Dónde puse el teléfono de Gabriela? Ella atiende en San Carlos. ¿Habrá que pedir turno? Aquí está. ¿Para qué escribiré en tantos papeles si después no sé dónde los pongo? No me importa que me cobre más, quiero que esta vez amasije mis músculos, los ataque con fuerza. Cuatro, siete, uno, nueve, seis, cero, cuatros. Ya está llamando. Basta de mentiras y políticos. Necesito un poco de atención para mí. Miré la tarjetita. Decía: “Masajes descontracturantes. Gabriela.” Teléfono 4-719604

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