Una pareja puede tener cientos de diferencias, pero
¿separarse por culpa de la política? Bueno, eso es lo que le pasó a Eugenio, un
hombre de mediana edad, que, a pesar de amar a su pareja, encuentra que la vida
con ella no puede ser. Las diferencias por cuestiones políticas se han hecho
patente en Argentina, especialmente en el último tiempo, incluso dentro de las
familias. Y pa´disipar las penas me pongo a escuchar a Tania Libertad, ¡qué lindo!
… la grieta no empezó en el descubrimiento de
América… fue impulsada, agitada y financiada por el gobierno más poderoso de la
Argentina de los últimos 30 años…fue una decisión fría, diseñada y preparada
por Kirchner… y se empezó a ejecutar
en marzo de 2008… (Luis
Majul. La Nación)
Habíamos estado saliendo por cerca de dos años y
encontramos que teníamos gustos similares. Nos gustaban las películas de Woody Allen
y James Cameron y cada vez que podíamos asistíamos a algún estreno. Después
normalmente tomábamos un trago en la Balcarce y picábamos algo en Charleston o
Boney.
Promedio por persona entre unas pizzas y un daiquiri:
300 pesos (10 dólares americanos).
Los fines de semana nos reuníamos con amigos en una
cena y poníamos karaoke para cantar nuestras canciones favoritas.
Ella se instaló en casa pues mamá ya tenía una edad
avanzada y no podía dejarla sola. En cambio ella, a excepción de alguna tía
lejana, no tenía parientes. Mamá la recibió con cariño y la adoptó como la hija
que nunca tuvo. Se contaban cosas, se hacían bromas y tenían una complicidad
que solo las mujeres pueden conseguir.
Respecto de la economía yo me hacía cargo del pago
de impuestos y servicios y ella pagaba los gastos de su tarjeta de crédito.
Ocasionalmente, en alguna salida a un restaurant, o a bailar, ella se empeñaba
en pagar la cuenta. Era abogada y podía mantenerse sola perfectamente.
Avenida Entre Ríos, en la Salta de antes (de Salta, Mi querida provincia) |
Con Mauricio Macri como presidente los impuestos
aumentaron más del 500 %. En casa, de pagar 200 pesos el gas, en forma
bimestral, pasamos a pagar 800 (U$S 27).
En la cama nos complementábamos y sentíamos que
habíamos encontrado la otra mitad. Claro que de ser por mí tendríamos mayor
actividad, no solo limitados al fin de semana. Ella era una morena alta y de
caderas grandes y sabía que su andar y sus curvas lograban hacerme subir la
temperatura.
— ¿Está bien así? –le preguntaba, tratando de
averiguar sobre sus gustos, cuando estábamos en la intimidad. A veces
contestaba y otras solo guiaba mi mano a los lugares preferidos.
Un atardecer gris, en el que volviera más tarde de
lo habitual, mamá me recibió con rostro adusto.
—Te dejó una carta —me dijo y entregándome un sobre
cerrado, agarró su bastón y lentamente se retiró a su dormitorio.
No los voy a aburrir con todos los detalles que leí.
En resumen me abandonaba porque no estaba de acuerdo con mi ideología, y la de
mi madre, y sentía que a la larga esas serían diferencias irreconciliables. Cuando
decía “ideología” supongo que se refería a los comentarios que hacíamos ante
alguna noticia de la radio o la televisión sobre política o corrupción. Que también
lo hacían nuestros amigos. Nada más. No teníamos una afiliación a un partido en
especial y tampoco discutíamos con pasión sobre política.
—Allanaron el piso de Cristina.
—Después de semanas de haberse pedido el permiso al
senado. ¿Qué van a encontrar? Parece un chiste.
Eso era todo. Un comentario aquí y otro allí. Contra
Cristina pero también contra Macri. No nos parcializábamos.
En uno de los párrafos de la carta decía:
… soy hija de un escritor frustrado que siempre
militó en la izquierda y cada vez que hablan mal de Cristina o de Evo Morales,
siento que ofenden la memoria de mi padre.
No sabía qué pensar. ¡Qué loco, hablábamos de todo
sin tapujos y no podía decirme acerca de sus simpatías políticas!
Caminé por avenida Belgrano, frente a la catedral,
silbando bajito. La extrañaba. Habían pasado tres semanas y era una herida
abierta. Para que mentir. Me persigné. En ese momento recordé El Pastor y
empecé a silbarlo bajito, muy bajito.
Salta, agosto de 2018
Tania
Libertad - El Pastor (En Vivo)
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