Sunday, August 26, 2018

El costo de la grieta


Una pareja puede tener cientos de diferencias, pero ¿separarse por culpa de la política? Bueno, eso es lo que le pasó a Eugenio, un hombre de mediana edad, que, a pesar de amar a su pareja, encuentra que la vida con ella no puede ser. Las diferencias por cuestiones políticas se han hecho patente en Argentina, especialmente en el último tiempo, incluso dentro de las familias. Y pa´disipar las penas me pongo a escuchar a Tania Libertad, ¡qué lindo!

… la grieta no empezó en el descubrimiento de América… fue impulsada, agitada y financiada por el gobierno más poderoso de la Argentina de los últimos 30 años…fue una decisión fría, diseñada y preparada por Kirchner… y se empezó a ejecutar en marzo de 2008… (Luis Majul. La Nación)

Habíamos estado saliendo por cerca de dos años y encontramos que teníamos gustos similares. Nos gustaban las películas de Woody Allen y James Cameron y cada vez que podíamos asistíamos a algún estreno. Después normalmente tomábamos un trago en la Balcarce y picábamos algo en Charleston o Boney.

Promedio por persona entre unas pizzas y un daiquiri: 300 pesos (10 dólares americanos).


Los fines de semana nos reuníamos con amigos en una cena y poníamos karaoke para cantar nuestras canciones favoritas.
Ella se instaló en casa pues mamá ya tenía una edad avanzada y no podía dejarla sola. En cambio ella, a excepción de alguna tía lejana, no tenía parientes. Mamá la recibió con cariño y la adoptó como la hija que nunca tuvo. Se contaban cosas, se hacían bromas y tenían una complicidad que solo las mujeres pueden conseguir.
Respecto de la economía yo me hacía cargo del pago de impuestos y servicios y ella pagaba los gastos de su tarjeta de crédito. Ocasionalmente, en alguna salida a un restaurant, o a bailar, ella se empeñaba en pagar la cuenta. Era abogada y podía mantenerse sola perfectamente.
Avenida Entre Ríos, en la Salta de antes
Avenida Entre Ríos, en la Salta de antes (de Salta, Mi querida provincia)

Con Mauricio Macri como presidente los impuestos aumentaron más del 500 %. En casa, de pagar 200 pesos el gas, en forma bimestral, pasamos a pagar 800 (U$S 27).

En la cama nos complementábamos y sentíamos que habíamos encontrado la otra mitad. Claro que de ser por mí tendríamos mayor actividad, no solo limitados al fin de semana. Ella era una morena alta y de caderas grandes y sabía que su andar y sus curvas lograban hacerme subir la temperatura.

— ¿Está bien así? –le preguntaba, tratando de averiguar sobre sus gustos, cuando estábamos en la intimidad. A veces contestaba y otras solo guiaba mi mano a los lugares preferidos.

Un atardecer gris, en el que volviera más tarde de lo habitual, mamá me recibió con rostro adusto.
—Te dejó una carta —me dijo y entregándome un sobre cerrado, agarró su bastón y lentamente se retiró a su dormitorio.
No los voy a aburrir con todos los detalles que leí. En resumen me abandonaba porque no estaba de acuerdo con mi ideología, y la de mi madre, y sentía que a la larga esas serían diferencias irreconciliables. Cuando decía “ideología” supongo que se refería a los comentarios que hacíamos ante alguna noticia de la radio o la televisión sobre política o corrupción. Que también lo hacían nuestros amigos. Nada más. No teníamos una afiliación a un partido en especial y tampoco discutíamos con pasión sobre política.

—Allanaron el piso de Cristina.
—Después de semanas de haberse pedido el permiso al senado. ¿Qué van a encontrar? Parece un chiste.

Eso era todo. Un comentario aquí y otro allí. Contra Cristina pero también contra Macri. No nos parcializábamos.
En uno de los párrafos de la carta decía:

… soy hija de un escritor frustrado que siempre militó en la izquierda y cada vez que hablan mal de Cristina o de Evo Morales, siento que ofenden la memoria de mi padre.

No sabía qué pensar. ¡Qué loco, hablábamos de todo sin tapujos y no podía decirme acerca de sus simpatías políticas!

Caminé por avenida Belgrano, frente a la catedral, silbando bajito. La extrañaba. Habían pasado tres semanas y era una herida abierta. Para que mentir. Me persigné. En ese momento recordé El Pastor y empecé a silbarlo bajito, muy bajito.

Salta, agosto de 2018

Tania Libertad - El Pastor (En Vivo)


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