Elizabeth Taylor fue una verdadera reina y como tal tuvo cientos de joyas, incluida la Perla Peregrina, ya mencionada por Garcilaso de la Vega. Todos sus esposos la mimaron con las mejores alhajas y joyas que el dinero puede comprar. Richard Burton no fue la excepción, gastando fortunas en collares y pendientes de diamante y oro.
Elizabeth Taylor nació en Londres de padres
norteamericanos. Se casó ocho veces con siete hombres, se convirtió al
judaísmo, soportó varias enfermedades serias y tuvo una vida al estilo “jet set”,
incluyendo el reunir una de las colecciones privadas de joyas más caras del
mundo. Después de muchos años de mala salud Taylor murió en el 2011, a los 79
años.
Elizabeth era dueña del diamante Krupp, del diamante
Taylor-Burton y de la perla La Peregrina. Las tres fueron
regalos de su marido, Richard Burton. También publicó un libro sobre su colección,
My Love Affair with Jewelry, en 2002. Después de su muerte sus joyas fueron
subastadas por Christie´s a beneficio de su fundación para el sida. Las joyas
fueron vendidas por la suma record de 156,8 millones de dólares.
Algunas de las piezas de su colección personal:
Cartier
Ruby and Diamond Necklace
El collar de rubí y diamantes de Cartier fue un
regalo de Mike Todd, su tercer marido. El collar muestra siete rubíes ovales
con diamantes redondos. Mientras vacacionaban en Monte Carlo Mike la sorprendió
con este regalo.
Bulgari Emerald and Diamond Pendant Brooch and
Necklace
El collar y broche de Bulgari fue un regalo de
Richard Burton al comprometerse. Elizabeth la usó en 1964 cuando se casaron por
primera vez.
“Night
of the Iguana” Brooch
Elizabeth había acompañado a Richard a Puerto
Vallarta para la filmación de La Noche de la Iguana. La pareja tuvo una
temporada tan fabulosa que para conmemorar el estreno Richard le regaló el
broche. Es un delfín con escamas de oro y diamantes.
Krupp
Diamond
Cuando el diamante se subastó Burton pagó 305.000
dólares. Elizabeth usaba este anillo con frecuencia ya que era su favorito.
“Taylor / Burton” Diamond Necklace
Fue comprado en una subasta por Burton, en 1969, por
más de un millón de dólares. Elizabeth sintió que el anillo era demasiado
pesado y lo hizo rediseñar en un collar. Taylor usó el collar en la fiesta de
cumpleaños 50 de la Princesa Grace de Mónaco.
La
Peregrina Pearl
Esta perla fue comprada por Burton en la ciudad de
Nueva York por 37.000 dólares. La perla estaba en una cadena de oro pero le
pareció demasiado simple a Elizabeth y comisionó a Cartier para rediseñarla.Elizabeth of France wearing the pearl
Bulgari
Sapphire and Diamond Sautoir
En 1969 Richard le regaló a Elizabeth un sautoir de zafiros
de Bulgari. El collar es una cadena de diamantes y zafiros con un pendiente
octogonal con más diamantes y zafiros.A sautoir
Taj Mahal Diamond Pendant and Cartier Gold and Ruby
Chain
Richard le dio este diamante con cadenas de rubí a
Elizabeth en 1972 en ocasión de su cumpleaños 40.
“Prince of Wales” Brooch
El broche fue hecho a pedido del príncipe Edward
como regalo para su Wallis
Simpson. En 1987 Elizabeth compró el broche en una subasta por 623.000
dólares.
Van Cleef & Arpels Daisy Necklace and Earrings set
Para recibir un premio de la academia en 1993
Elizabeth usó un collar y aretes prestados para que hicieran juego con su
vestido Valentino. Le gustaron tanto que después los compró como amuleto de
suerte.
Para saber
La
Peregrina Pearl
La Peregrina ya es mencionada por Garcilaso
de la Vega en 1579 y perteneció a
diversos reyes, incluido José Bonaparte.
In her book
Elizabeth Taylor: My Love Affair with Jewelry, Taylor writes:
At one point I
reached down to touch La Peregrina and it wasn't there! I glanced over at
Richard and thank God he wasn't looking at me, and I went into the bedroom and
threw myself on the bed, buried my head into the pillow and screamed. Very
slowly and very carefully, I retraced all my steps in the bedroom. I took my
slippers off, took my socks off, and got down on my hands and knees, looking
everywhere for the pearl. Nothing. I thought, "It's got to be in the
living room in front of Richard. What am I going to do? He'll kill me! Because
he loved the piece.
After few
minutes of mental anguish, Taylor looked at their puppies. One of them was
apparently chewing on a bone, but nobody gave bones to the puppies. Taylor
continues:
I just casually
opened the puppy's mouth and inside his mouth was the most perfect pearl in the
world. It was—thank God—not scratched.
Screen legend
sells Richard Burton love token at charity auction
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Esto es parte del archivo: Burton. Talento y dinero
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