Y los cuentos de siempre
Siguen saliendo más
casos de corrupción, nos llega un cuentito y vemos a Violeta Rivas con Airbag
cantando un tema de Sandro
Ahora aparecieron
cuadernos de un chofer de un funcionario de Julio
de Vido, ex ministro de Cristina
Kirchner, describiendo el lleva y trae de bolsos de dinero, resultado de coimas,
que comprometerían a funcionarios K de la época de Cristina, la reina del
Plata, perdón, ex presidente argentina. Y no solo eso, también, estos benditos
cuadernos llevarían a empresario de renombre al cadalso, a la horca y al
escarnio público. Oh, perdón, me dejé llevar, otra vez, por el entusiasmo de
ver en cana a algún chorro, y no a un perejil. Preso y encadenado.
Henry
Kissinger me llamó a casa para preguntarme de qué se trataba
esto.
—Sabés que no quiero
que llamés acá. Es mi casa, mi numero particular, Enrique —lo llamaba Enrique y no Henry para que no se
sintiera superior, aunque fuera secretario de estado.
—Ya sé, Georgie.
Perdonáme. Es que aquí todo el mundo dispara para un lado o para el otrou. No
saben qué pensar con este asunto de los cuadernos. Sorry!
—Oh, está bien. Nada del
otro mundo. Todo va a quedar en nada, como siempre. Los periodistas hacen
quilombo, salen los defensores de uno y otro lado y después todo se calma.
—But CFK was mentioned!
—gritó Kissinger en inglés, sobre excitado por la presión.
—Tranquilo. ¿Te acordás
de Lázaro Báez? Todos decían que ya
se quebraba. Que ya hablaba. ¿Y qué pasó? Nada. No va a pasar nada. Take it
easy!
— ¡Y este juez es un
locou! Meterse con Calcaterra, el primo del presidente. Y con Pagani, el de
Arcor.
—Sí, pero eso
descomprime la situación. Hace que la gente piense que ahora sí, que ahora la
justicia va con todo. Sin importar si es del gobierno o no.
— ¿Y si el senado
autoriza el allanamiento de los pisos de Cristina?
— ¿Y qué van a
encontrar? Con un allanamiento tan anunciado cualquier bolso debe estar ya en
Alaska.
— ¿Alaska? What d´you mean?
—Es una broma, gringo. ¡Qué
falta de humor, che!
—No es graciosou. Todos
han estado como locos. Que si el dólar, que si vuelve Cristina, que si hay
grabaciones.
—Ya sé. Parece una
película de Charlie
Chaplin.
—Más bien parece un
episodio de Charles
Manson.
—Todos tienen el culo
sucio, negro. Ya sabés, si tenían ganas de limpiar en profundidad ya Cristina
debería haber estado en cana hace tiempo. You know.
En la TV pasaban a Los
Tres Chiflados y los asocié a José López, desesperado, llevando bolsos de
plata a un convento. Lo imaginé a Curly tirando los bolsos de vuelta. La monja
corriendo a escobazos a Moe. Larry estaba arrojando pasteles y Cristina se
sacaba la crema de los ojos.
Y me imaginé a Mauricio
Macri y Cristina Kirchner escapando de cientos de policías, como hacía Buster
Keaton. Y no me sentí mal por hacer que se vieran ridículos, al menos en
mis fantasías. Ellos nos habían mentido durante años.
Me debo estar volviendo
loco. Mejor me doy un buen baño y me saco todas estas fantasías de la cabeza. Esta
noche me voy a sentar en Time, frente a la plaza 9 de Julio, a tomarme un
cafecito. No quiero saber de política ni de economía.
Georgie.
“Uno siente que hay
unos pocos que nos toman el pelo a millones que vivimos dentro de la ley, un
grupito que cree que son los dueños del poder y que están por arriba de todos. Hoy
más que nunca necesitamos que la justicia nos diga si eso es verdad y que nos
demuestre que no hay impunidad. No queremos una sociedad en la que algunos se
sientan dueños de la verdad y del poder, no queremos más comportamientos
patoteros o mafiosos conduciendo el estado.” (Mauricio Macri, La Gaceta, Salta)
Mejor
esto
Para olvidar mis penas
me puse a ver un video de Violeta Rivas con Airbag, en un homenaje a Sandro
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