¿Quién no escuchó a Louis Armstrong a lo largo de
los años? Es una institución y fue conocido internacionalmente. Al final un
video donde unos adolescentes muestran la entrevista que le hicieron al gran Louis Armstrong en la década del 60.
Su vida
Louis
Daniel Armstrong (1901 - 1971) apodado Satchmo, fue trompetista, compositor, cantante y actor ocasional, y una de las
figuras más influyentes en el jazz . Su carrera abarcó cinco décadas, desde 1920
hasta 1960, y diferentes épocas en la historia del jazz. En 2017, fue incluido
en el Salón de la Fama de Rhythm & Blues.
Armstrong
nació en Nueva Orleans, el 4 de agosto de 1901, de Mary Albert y William
Armstrong. Mary era de Boutte, Louisiana, y dio a luz en su casa cuando tenía
unos dieciséis años. William la abandonó poco después.
Louis
Armstrong fue criado por su abuela hasta la edad de cinco
años cuando fue devuelto a su madre. Pasó su juventud en la pobreza en un
barrio difícil conocido como The Battlefield. A los seis años asistió a Fisk
School for Boys, una escuela que aceptaba niños negros en el sistema de
segregación racial de Nueva Orleans. Hizo trabajos ocasionales para los
Karnoffskys, una familia de judíos lituanos. Mientras vendía carbón en
Storyville, escuchó a las spasm bands (bandas que tocaban Dixieland,
trad jazz, jug band, o música skiffle), grupos que reproducían música con objetos domésticos. Escuchó los primeros sonidos del jazz de bandas que tocaban
en burdeles y salones de baile como el de Pete Lala, donde actuó King Oliver.
Los Karnoffskys lo acogieron y lo trataron como si
fuera uno de la familia. Sabiendo que vivía sin padre, lo alimentaron y lo cuidaron.
En sus memorias, Louis Armstrong + The
Jewish Family in Nueva Orleans, La, the Year of 1907, describió su descubrimiento de que
esta familia también estaba sujeta a discriminación por parte de otras
personas blancas que sentían que eran mejores que los judíos: "Yo
tenía solo siete años, pero fácilmente pude ver el trato impío que los blancos les
daban a la pobre familia judía para la que trabajaba". Él llevó un
pendiente de la Estrella de David por el resto de su vida y escribió sobre lo
que aprendió de ellos: "cómo vivir, la vida real y la determinación". Su
primera actuación musical pudo haber sido al lado del carro de basura de los Karnoffsky.
Para distinguirlos de otros vendedores ambulantes, intentó tocar una corneta de
estaño para atraer clientes. Morris Karnoffsky le dio a Armstrong un avance para que pudiera comprar una corneta de una
casa de empeño.
Cuando Armstrong
tenía once años, abandonó la escuela. Su madre se mudó a una casa de una
habitación en Perdido Street con él, Lucy, y su esposo al lado de su hermano
Ike y sus dos hijos.
Armstrong se unió a un cuarteto de muchachos que cantaban en las calles por dinero. También se metió en problemas. El cornetista Bunk Johnson dijo que le enseñó a los once años a tocar de oído en el honky tonk de Dago Tony. En sus últimos años, Armstrong le dio crédito a King Oliver. Dijo acerca de su juventud: "Cada vez que cierro los ojos y toco la trompeta, me veo justo en el corazón de la vieja Nueva Orleans... Me ha dado algo por lo que vivir".
Armstrong se unió a un cuarteto de muchachos que cantaban en las calles por dinero. También se metió en problemas. El cornetista Bunk Johnson dijo que le enseñó a los once años a tocar de oído en el honky tonk de Dago Tony. En sus últimos años, Armstrong le dio crédito a King Oliver. Dijo acerca de su juventud: "Cada vez que cierro los ojos y toco la trompeta, me veo justo en el corazón de la vieja Nueva Orleans... Me ha dado algo por lo que vivir".
Armstrong y Grace Kelly en la grabación de High Society, con Bing Crosby y Frank Sinatra, 1956 |
Las
canciones que más nos gustan
Louis Armstrong canta Mack the Knife
When the Saints Go
Marching In
What a Wonderful
World
La Vie en rose
Moon River
Louis Armstrong: on his chops (5, 44)
En el verano de 1964 dos jóvenes de Chicago, con un
grabador, se pusieron el objetivo de entrevistar a la leyenda del jazz Louis Armstrong, para la radio de la
escuela. Armstrong
estaba tocando en el Festival Ravinia en Highland Park, no lejos de la escuela
de los chicos en Winnetka. Accedió mientras un grupo de reporteros
profesionales esperaban impacientemente afuera. Armstrong pasó 20 minutos contestando las preguntas para una
pequeña radio estación de 10 watts.
Michael Aisner, de 15 cuando conoció a Armstrong, y
su amigo James R. Stein, de 14, cuentan su aventura. En la entrevista Armstrong explica cómo nació el
sobrenombre Satchmo y habla de su
niñez y cómo aprendió a tocar la corneta. También habla de la necesidad de
practicar duro todos los días y acerca del talento que fue su pasaporte para
salir de la miseria.
— ¿Dónde escuchó por primera vez el sobrenombre
Satchmo?
—Los músicos en aquellos días tenían sobrenombres.
El mío era such a mouth. Cuando fui a Inglaterra, este tipo, inglés estricto.
Era editor de un diario allí. Me dio la mano después de que bajé del tren y me
dijo “Hola, Satchmo”. Mi trombonista dijo “el hombre piensa que tienes más de
una boca en esa boca”. Por lo que quedó y estuvo bien…
—Sr. Armstrong, me gustaría empezar preguntando
como, cuando y donde empezó su carrera en el show business?
—De joven, yo tocaba la corneta en un orfanato, a
los 13 o 14 años, era el líder de la banda. Teníamos que tocar When the Saints Go Marching In para los chicos que iban a la iglesia
todos los domingos.
— ¿Quién diría que fue responsable por lanzar su
carrera profesional?
—Diría que yo mismo porque era determinado. Tuve la
oportunidad de tocar con los mejores músicos que venían porque yo era bueno
también. Tenías que ser muy bueno. Nada es casual, aun si tienes 2 o 3 días
libres tienes que tomar un par de horas para practicar y yo estuve tocando 50
años. Y eso es lo que hay que hacer.
—Entonces tengo que practicar.
—Tengo que calentar al menos 1 hora todos los días. Tienes
que tocar de la forma que cantas, si está en tu corazón lo expresas en el tono.
He estado tocando por mucho tiempo. ¿Qué más hay? ¿Qué tengo que probar a los
64 años? Por lo que hago, es ser feliz.
—Esperamos que sea feliz por mucho tiempo. Gracias,
señor Armstrong.
—Ok.
—No estaba envuelto en la conversación. En ocasiones
ni le prestaba atención a sus respuestas. Porque estábamos tan nerviosos.
—Él nos dio tiempo y nos respetó, a pesar de que éramos
unos mocosos.
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