Stanley
Clayton sobrevivió a la masacre de
Jonestown. Clayton cuenta lo que
vio en el Templo, a los guardias armados y a algunos que se resistieron a tomar
el veneno.
Stanley
Clayton, ex guardia de seguridad y ayudante de cocina de 35
años, dijo que no vio a nadie más vivo en Jonestown.
Pero que mientras se dirigía a un puesto policial a 10 kilómetros de distancia,
en Port Kaituma, se encontró con
aldeanos que le dijeron que habían visto a otros aparentemente huyendo de Jonestown...
Witness Jonestown an Eyewitness Account
— ¿Cuándo la gente comenzó a morir? ¿Quién
murió primero?
–Jim Jones dijo “debemos hacer los bebés primero”.
Las enfermeras tomaban a los bebés de los brazos de las madres y algunas madres
se adelantaban con los bebés. Se las forzaba a tomar las dosis.
— ¿El kool-aid y el cianide?
—Sí.
— ¿Y dónde llevaban a los bebés? ¿A la parte de
atrás?
—Después de inyectarlos los llevaban afuera del
pabellón, en el jardín.
—Entonces todos los bebés eran dejados allí muertos.
—Sí.
— ¿Y la gente que no quería morir y veía lo que
pasaba?
—Muchos no querían morir. Muchos se sentaban allí,
con miedo. Jim Jones continuamente decía “apúrense, debemos hacer esto. Deben morir
con dignidad.” Se levantó y pasó a través de la audiencia, donde la gente se
sentaba, levantándolos. Llevándolos a donde estaba el veneno.
— ¿Iban de buena gana?
—Con un poco de lucha. No demasiado. Solo en un
caso, peleó muy duro. No quería morir.
— ¿Y cómo la mataron?
—La inyectaron.
— ¿Con qué rapidez murió?
—En menos de cinco minutos.
— ¿Cuánta gente lucho así?
—Solo vi ese caso en particular.
— ¿Dónde llevaban los cuerpos?
—Dos personas los llevaban a un claro y los hacían acostarse
boca abajo
— ¿Viste cuando ponían gente sobre otra gente?
—No.
—Sí.
— ¿Cómo lo explica?
—No encuentro palabras para explicarlo. Nunca pensé
que existía… Nunca creí en quitarme la vida
— ¿Cómo escapó?
—Me las arreglé para escapar a uno de los guardias.
—El de la ballesta.
—Sí.
— ¿También tenían rifles?
—Sí. Había rifles cuando Jim Jones atravesaba a la
gente. En diferentes lugares. Principalmente en el pabellón alrededor de la
gente. Viendo que no corran.
— ¿Solo vio algunas personas luchando?
—Sí.
— ¿Estaban dispuestos a morir o tenían demasiado
miedo para hacer algo?
—Me parece que tenían demasiado miedo porque había
armas, porque otros los presionaban alrededor.
— ¿Perdió a su esposa?
—Sí.
— ¿Cómo?
—En un momento la vi, y en otro momento había
desaparecido. Fue voluntaria para el veneno.
— ¿Cuántos estaban con vida cuando usted salió?
—Diría que más que cien.
— ¿Los cuerpos estaban en todas partes y usted
estaba allí?
—Sí. Había más en la esquina y en la parte de atrás.
— ¿Dónde los encontraron uno sobre otro?
—Eso no lo sé.
— ¿Escuchó algún disparo?
—Más tarde, cuando estaba en la selva.
— ¿Cuántos?
—Escuché cinco o seis disparos… escuché una voz, no
escuché lo que decía. Era como que llamaban a alguien. Después murió.
— ¿Cómo va a manejar esta pesadilla?
—No lo sé.
— ¿Cómo pudo pararse allí a ver morir a todos esos
niños?
—Era una agonía y dolía. ¿Qué puedo hacer? Jim Jones
tenía a su gente apuntando con armas y flechas. Si alguien intentaba algo le
disparaban. Mi intención fue escapar de allí. De la mejor forma posible.
—Señor Clayton, habían dos baldes en los costados,
¿qué vio en el medio?
—La gente sentada allí. Todo el tiempo. Yo me quería
ir. Jones y sus guardias venían y llevaban a la gente a un lado o al otro.
— ¿Los estaban llevando o forzando?
—Diría que ambos. Vi a un hombre. Él no quería ir. Volvió
a sentarse. Otro hombre se acercó. No vi todo pero cuando volví a mirar él ya estaba
con la sustancia.
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Fuentes
Survivor Says He Heard ‘Cheers’ And Gunshots After
Cult Deaths, New York
Times
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