Friday, October 25, 2019

El Judaísmo en la Música


En Judaism in Music Richard Wagner señala la incapacidad del judío de expresarse artísticamente en las artes plásticas, en la pintura o escultura y mucho menos en la música. Menciona la antipatía que genera su forma de hablar, su vocabulario, las estructuras gramaticales, que lo hacen extranjero en donde viva. Es a través de éste documento, de 1850, que la genialidad de Wagner se lava y se desintegra. Wagner se presenta como un mero racista más, al lado de un Hitler.

… el judío está en verdad ya más que emancipado: él gobierna, y gobernará, mientras el dinero sea el poder ante el cual nuestros hechos pierden su fuerza…

… en la vida diaria nos llama la atención primariamente por su apariencia exterior. Sin importar a que nacionalidad europea pertenezcamos, él tiene algo desagradablemente extranjero…

… is innately incapable of enouncing himself to us artistically through either his outward appearance or his speech…

… no será cuestión, sin embargo, de decir algo nuevo, sino de explicar ese sentimiento inconsciente de un disgusto enraizado de la naturaleza judía.


Es meramente con respecto al arte, y especialmente con la música, que queremos explicar el disgusto popular con la naturaleza judía. Aún hoy, podemos dejar de observar lo mismo en el campo de la religión o la política…
Richard Wagner
Richard Wagner
… queremos explicarnos la involuntaria repulsión por la naturaleza y personalidad de los judíos, de forma de vindicar ese disgusto instintivo que reconocemos más fuerte que nuestra consciencia de librarnos de él…

… de acuerdo a la presente constitución de éste mundo, el judío está en verdad ya más que emancipado: él gobierna, y gobernará, mientras el dinero sea el poder ante el cual nuestros hechos pierden su fuerza…

El judío en la vida diaria nos llama la atención primariamente por su apariencia exterior. Sin importar a que nacionalidad europea pertenezcamos, él tiene algo desagradablemente extranjero a esa nacionalidad. Instintivamente no deseamos tener nada que ver con un hombre que se ve como él. Esto puede ser desafortunado para el judío. En tiempos recientes, sin embargo, sentimos que en medio de estas desgracias, él se siente enteramente bien… No podemos concebir una representación de un personaje antiguo o moderno de un judío, sin sentir instintivamente la incongruencia  de tal noción. Esto es de gran peso: un hombre cuya apariencia consideramos no adecuada para un tratamiento artístico tampoco lo podemos creer capaz de ninguna pronunciación de su esencia interna.

Pero mucho más de peso es el efecto que produce el judío en nosotros a través de su habla y este es el punto esencial para hablar sobre la influencia judía en la música. El judío habla la lengua de la nación en la que ha vivido de generación en generación, pero siempre habla como un extranjero… la circunstancia general que el judío habla las lenguas europeas modernas meramente como aprendidas, y no como lenguas madres, debe necesariamente excluirlo de toda capacidad de expresarse idiomáticamente, independientemente, y conforme a su naturaleza. Un lenguaje, con su expresión y evolución, no es el trabajo de unidades dispersas, sino el de una comunidad histórica. Solo aquel que ha crecido inconscientemente dentro de la unión de esta comunidad toma también algún porcentaje en su creación. Pero el judío se ha mantenido apartado de tal comunidad, se ha parado en solitario con su Jehová en un lugar sin suelo, en el cual toda evolución debe ser negada, así como un idioma peculiar (el hebreo) ha sido preservado para él meramente como una cosa difunta. Ahora, hacer poesía en una lengua foránea ha resultado imposible, aun a genios de alto rango. Toda nuestra arte y civilización europea ha permanecido para el judío una lengua foránea. No ha tomado parte en la evolución de una, solo ha sido un frío observador...

En particular el aspecto puramente físico del modo de hablar del judío nos repele. A través del curso de dos milenios con naciones europeas la cultura no ha tenido éxito en romper las peculiaridades de la pronunciación semítica. Lo primero que llama la atención de nuestro oído es bastante feo. Le añadimos el empleo de palabras foráneas a nuestra lengua y un arbitrario cambio de la estructura de nuestras frases y este modo de hablar adquiere el carácter de intolerable. Por lo que cuando escuchamos hablar a un judío nuestra atención se vuelve a lo repulsivo más que a su significado intrínseco. Si escuchamos a un judío hablar nos sentimos ofendidos por la falta de una expresión humana...

Estas cualidades hacen al judío casi incapaz de dar enunciaciones artísticas a sus sentimientos…

The Jews' sense of Beholding has never been of such a kind as to let plastic artists arise among them: from ever have their eyes been busied with far more practical affairs, than beauty and the spiritual substance of the world of forms. We know nothing of a Jewish architect or sculptor in our times, so far as I am aware…

The Jew, who is innately incapable of enouncing himself to us artistically through either his outward appearance or his speech, and least of all through his singing. has nevertheless been able in the widest-spread of modern art-varieties, to wit in Music, to reach the rulership of public taste.—To explain to ourselves this phenomenon, let us first consider how it grew possible to the Jew to become a musician.—

Fuentes
Judaism in Music, By Richard Wagner

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