Robin Cook es médico y también escritor, con best-sellers como Coma o Contagio. Cook ha amasado una fortuna escribiendo sobre algunos temas que no son tan conocidos por el público en general (las células madres o la ingeniería genética). En la entrevista de abajo Cook comenta (en inglés) que empezó a escribir en un submarino nuclear.
En vocabulario: aquanat
“… mi principal objetivo es que la gente se interese en algunos de estos
temas, porque es el público el que, en última instancia, debería poder decidir
qué camino tomar.”
“Cook ha explorado temas como la donación de órganos, el tratamiento de fertilidad, la ingeniería genética, la fertilización in vitro, la negligencia médica, la investigación de medicamentos y el trasplante de órganos.”
Robert
Brian "Robin" Cook es conocido por
combinar los escritos sobre medicina con el género de suspenso. Muchos de sus
libros han sido best-sellers, vendiendo casi 400 millones de copias en todo el
mundo.
Cook
nació en Brooklyn, Nueva York y
creció en Woodside, Queens, Nueva York.
Se mudó a Leonia, Nueva Jersey cuando
tenía ocho años, donde por primera vez pudo darse el "lujo" de tener
su propia habitación.
Cook
sirvió en la marina de 1969 a 1971. Escribió su primera novela, Year of the Intern, mientras servía en
el submarino Polaris USS Kamehameha.
The
Year of the Intern fue un fracaso, pero Cook comenzó a estudiar los bestsellers.
"Estudié cómo el escritor manipulaba al lector.
Se me ocurrió una lista de técnicas que anoté en fichas. Y usé cada una de
ellas en Coma".
Concibió la idea para Coma, sobre la creación ilegal de suministros de órganos para
trasplantes, en 1975. Le siguió el thriller de egiptología Sphinx en 1979 y otro thriller médico, Brain, en 1981. Cook luego decidió que prefería escribir
a tener una carrera en medicina.
Las novelas de Cook
combinan hechos médicos con fantasía. Sus thrillers médicos están diseñados, en
parte, para mantener al público al tanto de las posibilidades tecnológicas de
la medicina moderna y de los consiguientes problemas socio-éticos que la
acompañan. Cook dice que eligió
escribir thrillers porque le da "la oportunidad de hacer que el público se
interese en cosas sobre la medicina que no parecía conocer. Creo que mis libros
están enseñando a la gente".
El autor admite que nunca pensó que tendría tanto material
para trabajar cuando comenzó a escribir ficción en 1970.
"Con el ritmo del cambio en la investigación
biomédica, hay una serie de temas diferentes y otros nuevos", dice.
Las novelas de Cook
se han anticipado a controversias nacionales. Sobre la novela Shock, Cook admitió:
"Supongo que se podría decir que es lo más
parecido a Coma, de hecho se trata de
un tema que parece preocupar a todo el mundo. Escribí este libro para abordar
el problema de las células madres, del que el público realmente no sabe nada.
Además de entretener a los lectores, mi principal objetivo es que la gente se
interese en algunos de estos temas, porque es el público el que, en última
instancia, debería poder decidir qué camino tomar."
Hasta hoy, Cook
ha explorado temas como la donación de órganos, el tratamiento de fertilidad,
la ingeniería genética, la fertilización in vitro, la financiación de la
investigación, la administración de la atención, la negligencia médica, el
turismo médico, la investigación de medicamentos y el trasplante de órganos.
"… si mis libros dejan de venderse, siempre
puedo recurrir a la cirugía", dice. "Pienso en mí más como un médico
que escribe, que como un escritor que resulta ser médico".
Explicó la popularidad de sus obras así:
"La razón principal es que todos nos damos
cuenta de que estamos en riesgo. Todos seremos pacientes en algún
momento", dice. "Puedes escribir sobre grandes tiburones blancos o
casas encantadas, y puedes decir que no vas a ir al océano, pero no puedes
decir que no vas a ir a un hospital."
Dr. Robin Cook -- best-selling medical thriller author
-- talks new novel "Cell"
—Él es considerado el padre del “medical thriller”,
con la mayoría de sus 33 libros convertidos en éxitos. La última historia de Cook se llama Cell.
—Le hizo ganar millones a la industria del
entretenimiento. Debes saber de Contagion
o Outbreak, pero al comienzo hubo un
Coma.
Cook: Coma
le hizo darse cuenta a la gente que la metáfora hacerlo dormir no es lo que está pasando. En realidad es cuando has
sido envenenado…
… comencé a escribir en un submarino. Estaba bajo el
agua, en un submarino nuclear.
He later became
an aquanaut (a submarine doc)
with the U.S. Navy's SEALAB program when he was drafted in 1969…
… solo había habido un episodio en el Congo cuando empecé a escribir Outbreak. Pero para mí era tan obvio que
iba a volver a pasar. Cuando la fiebre aviar y la del cerdo pasaron ambas en la
misma localidad en China, ahí empecé
a preocuparme en serio. Lo que es la razón por la que escribí Contagion…
… y este es el bosquejo para Cell. Todo hecho a mano.
— ¿Cuándo se dio cuenta “soy escritor, puedo hacer
esto”?
Cook:
Todavía me cuestiono eso. Pienso que soy un cuentista. Nunca he estado tentado
a usar un cuello, no bebo, no tengo una pipa, ni parches en los codos. Me veo a
mi mismo como muy trabajador.
… cuando tengo un problema de inspiración me voy a New Hampshire. Y está realmente frío
afuera, el fuego está sonando, me siento en el sofá y de pronto siento que
tengo la solución.
Fuentes
Robin
Cook,
Wikipedia
Vocabulario
Un acuanauta
(aquanaut) es cualquier
persona que permanece bajo el agua, respirando en la presión del ambiente, el
tiempo suficiente para que la concentración de los componentes inertes del
respirar gas se disuelva en los tejidos del cuerpo para alcanzar un equilibrio,
conocido como saturación. Usualmente esto se hace bajo el agua, en un período
de más de 24 horas continuas sin retornar a la superficie. El término es
frecuentemente restringido a científicos, aunque hubo un grupo de acuanautas durante el programa SEALAB.
El primer acuanauta fue Robert Sténuit, que pasó 24 horas en un pequeño cilindro a 61 metros de profundidad, en 1962, en la rivera francesa. Acuanautas militares incluyen a Robert Sheats, Robin Cook y a los astronautas Scott Carpenter y Alan Shepard.
Aquanaut Josef Schmid |
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