Saturday, August 29, 2020

Svetlana Alexievich sobre la Unión Soviética


Criatura temerosa


Svetlana Alexievich, premio Nobel de Literatura 2015, recuerda a la Unión Soviética, con cierto aire de “extrañar” al viejo régimen, aunque también señala que se cometieron excesos (“te podías encontrar con tu torturador en una fila”). Svetlana también habla del ser humano, del escritor “comprometido” y la creencia que la literatura puede cambiar el mundo…

Las barricadas son un lugar feo para un escritor. No ves un ser humano en el otro. Lo que ves es un blanco…

Un héroe hoy en día es la persona que no dispara, no la que dispara…

En un régimen totalitario siempre estás siendo vigilado…

Alexievich es miembro de la oposición al líder bielorruso Alexander Lukashenko, que después de unas disputadas elecciones inició protestas a nivel nacional. Alexievich, de 72, no ha tomado parte en reuniones públicas y rara vez deja su hogar desde la pandemia de coronavirus.

La publicación de uno de sus mejores trabajos “War´s Unwomanly Face” fue censurado por las autoridades soviéticas. Alexievich vivió en el exilio en Alemania, Francia y Suecia debido a sus críticas al gobierno bielorruso. Retornó a su país en 2011.

Alexievich comparó la conducta de las autoridades bielorrusas al secretismo y la negación del gobierno soviético en el caso de Chernobyl, en 1986, que fue el tema de uno de sus libros.

Cuando las protestas arreciaron le dijo a Lukashenko: “Váyase antes de que sea demasiado tarde. Antes de que lleve a la gente a un terrible abismo. A la guerra civil. Nadie quiere sangre. Solo usted quiere poder.”

—Estaba trabajando en la sección de un diario. Contaba las historias de las personas. En aquella época muchos escritores decían que el comunismo iba a caer. Ninguno de nosotros lo creía. Creíamos que el comunismo iba a durar mucho tiempo. Nadie quería el capitalismo. La gente quería el socialismo pero con una cara humana.

Yo tengo una posición política… En aquella época había más libertad. Lukashenko no estaba en el poder. Eso fue muy feo, demostraciones por una vida nueva, por un vieja. En el centro de escritores se decía: “¡Les mostramos! ¡Las cabezas de los milicianos sangraban!” Y eran las voces de grandes escritores. Y yo me decía “no quiero ser un escritor que disfrute que se derrame sangre”. Las barricadas son un lugar feo para un escritor. No ves un ser humano en el otro. Lo que ves es un blanco. Eso es lo que está pasando ahora por lo que decidí irme. Quería tener una visión normal.

Pero todo es de interés para el artista. El verdugo y la víctima y para escribir de ellos el autor debe escuchar a ambos.

Escritores como Prilepin, que tienen sus premios, se preparan, van a la guerra. Yo no estoy de acuerdo. Un héroe hoy en día es la persona que no dispara, no la que dispara. Él no es escritor, y por supuesto hoy no puede escribir. Lo está pagando.

Cuando estaba en Afganistán me decían que probara dispar. Una cantante fue y disparó. Le dio gran placer. Yo no quiero ese tipo de conocimiento. Uno debe mantener su alma, sus valores, puros.

En un régimen totalitario siempre estás siendo vigilado. Siempre deberías verte, de lo contrario te podrías deslizar a algo malo. En estos días el dinero es todo lo que importa. Tengo que decir que somos peores manejando el dólar que los campos de trabajo forzados.

Papá estudió periodismo antes de la 2° guerra mundial y era común en aquello días, cuando salías de prisión, encontrarte con tu torturador, encontrar al que te había delatado.

He estado escribiendo la historia del comunismo estos 40 años.

No pienso que la literatura pueda cambiar el mundo. Eso no es más que una ilusión. Esa idea era popular en la Rusia de los ´60s, que la palabra podía iniciar algo. Puede haber sido posible en la Rusia zarista, pero creo que ahora no.

La cristiandad es una vieja utopía, tan vieja como los sumerios.

Un ser humano es una especie de fluido, fluye de una forma a otra.

Si no hubiera conocido a Dostoievski, que influyó en mí, no me hubiera podido salvar, porque el ser humano es más bien una criatura temerosa, especialmente cuando se lo fuerza a circunstancias desesperadas, como la que pasó mi gente. Sin Dostoievski, sin su conocimiento interior, no hubiera podido sobrevivir.

El nivel de educación en nuestra sociedad ha decrecido, las sociedades de Rusia y Bielorrusia son menos educadas que antes. La cuestión que unos cuantos miles de personas aprendan inglés o francés no quiere decir que tenemos una sociedad educada. Ellos entienden que hay otra vida, y se preparan para vivir en forma diferente.

Antes era una sociedad más simple. Mucha gente extraña eso ahora. Es más difícil sobrevivir ahora, mantener un estilo de vida decente. Todos eran iguales antes, no había necesidad de hacer esfuerzo. La gente solía visitarse, tocar la guitarra, cantar. La gente iba a la montaña los fines de semana, caminaba, se sentaba alrededor del fuego. Ahora nadie tiene tiempo de eso. Todos están ocupados haciendo plata.

La democracia tiene diferentes definiciones, de acuerdo a cada uno. Hace poco Lukashenko dijo que esta es una de las sociedades más democráticas.

El ruso, el soviético, necesita una gran idea. Algo mesiánico, siempre sobrevuela el alma soviética. Dostoievski tenía eso… (Traducción del inglés, del ruso, lo que puede hacer más impreciso el trabajo.)

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