Un periodista cuenta cómo se enteró del asalto y
toma de rehenes en el Chase Manhattan Bank, protagonizado por John Wojtowicz, en 1972. Se habían conocido en una reunión de homosexuales. Su versión
es diferente a la de la película Tarde
de Perros. Para él el dinero para el
cambio de sexo era secundario, la mafia estaba involucrada en el asalto, con la
familia Genovese. En vocabulario: renege, uptight, trigger happy. Para
saber: The Village Voice
Liberarían 2 rehenes en paradas a lo largo del
camino…
“No creo que nos dejen salir de aquí con vida.”
Se le había permitido llamar a casa y hablar con su
marido…
Después de escuchar el mensaje del cassette en el
teléfono: “… 2 homosexuales tienen rehenes en un banco en Brooklyn…” hice un par de llamadas a la CBS: “Sí, 2 tipos tienen 7 rehenes desde las 3 de la tarde en el Chase en Brooklyn. Tenemos el número de teléfono del banco”. Llamé: “Soy Arthur Bell del Village. ¿Puede decirme qué está pasando?” La voz al otro lado
dijo: “¿Arthur?, qué contento que
seas tú. Soy Littlejohn.” “¿Littlejohn? ¿Qué demonios estás haciendo
allí?” “Soy uno de los ladrones.”
John
Wojtowicz, a quién había conocido a través de Gay Activists Alliance como Littlejohn Basso (siendo Basso el nombre de soltera de su madre),
procedió a contarme una extraña historia. Dijo que había conocido a un
ejecutivo del banco Chase en Danny´s,
un bar gay del Greenwich Village. El ejecutivo le contó cómo podría robar una
sucursal de entre $150.000 a $200.000. Se esperaba que el dinero fuera traído
por un camión de seguridad a las 3,30 de esa tarde de agosto. John me dijo que él junto a un par de
amigos, Sal (Natuarale) y Bobby (Westenberg), entraron al banco un
poco antes de las 3. Descubrieron que se había cometido un error. El dinero
grande se había recogido a las 11 a.m. por lo que en su lugar tomaron los
$29.000 que estaban a mano. Al salir varios patrulleros estacionaron y rodearon
el lugar. De alguna forma Bobby
escapó, pero Sal y Littlejohn estaban todavía adentro. No
tenían otra alternativa más que mantener de rehenes a los empleados del banco.
Tenían a 6 mujeres y 1 hombre y ahora el lugar estaba rodeado de policías y
agentes del FBI y Littlejohn estaba
seguro que los hombres de azul lo querían ver muerto.
Gay liberation, 1970 |
Por lo que tenía una lista con demandas. Una de
ellas era la de liberar a Ernie Aron
de Kings County Hospital. Ernie es un travesti con quién John se había casado en un remedo de
ceremonia católica por $2.000, en diciembre. John quería que Ernie
entrara al banco a cambio de uno de los rehenes. Otra demanda era llevar
hamburguesas y cocas al banco. La tercera era conseguir un transporte hacia el
aeropuerto Kennedy y tener un avión
esperando para llevar a Sal, a Littlejohn y a los rehenes a puntos
desconocidos. Liberarían 2 rehenes en paradas a lo largo del camino, hasta que
alcanzaran su destino final. El FBI
se estaba echando atrás. Habían llevado a Ernie
desde Kings County, pero no lo habían
dejado acercarse lo suficiente para besar a John.
Littlejohn no podía creer que Ernie estuviera tan asustado y pensó que
era un plan del FBI para mantener a Ernie alejado. Las hamburguesas nunca
llegaron. Les llevaron pizza, que no le gustaban. Dijo que pagó por la pizza de
todos modos. Tiró varios billetes a través de la puerta del banco. Ahora tenía
miedo que el FBI arruinara sus planes
con el avión. “Tenemos pistolas y rifles y bombas aquí y no quiero herir a
nadie. Solo quiero salir de aquí con vida.” Me contó que Sal estaba enojado porque los medios lo llamaban homosexual. “Sal no es gay. Yo soy el único
homosexual aquí.”
Le pregunté si podía hacer algo. John dijo: “¿No podrías venir y hablar
conmigo?” “Sí, puedes venir y ser nuestro mediador. Dile al FBI que quiero hablar contigo. Te van a
dejar”. Le confesé que había pasado un tiempo desde los días de Flatbush Avenue y que no sabía cómo
llegar a Brooklyn y que me tardaría
un poco. John dijo: “Toma un taxi.
Voy a arrojar un billete de $100 por la ventana.” “No hagas nada, voy a llamar
en unos minutos”, dije y colgué.
Entonces llamé a la editora Mary Nichols a su casa y le expliqué la situación. Mary hizo un par de llamadas
telefónicas. 20 minutos después el sargento David
Durk, el honesto policía que testificó ante la comisión Knapp, y Ed Powers, otro policía eficiente,
aparecían en mi departamento. Estaban invitados al programa de radio de Barry Farber esa noche y unos minutos
antes de la hora fueron llamados para llevarme a Brooklyn. Llamé a John al
banco de nuevo para decirle que estaba en camino. Me dio el teléfono de la
chica de la que se había separado, para llamarla en caso de que cualquier cosa
sucediera. “Nos van a matar”, me dijo. “No creo que nos dejen salir de aquí con
vida.”
“Ese dinero, lo quería para una operación de cambio
de sexo para Ernie. Ahora ni siquiera
puedo verlo para darle un beso. Ven tan rápido como puedas. ¿Quieres hablar con
uno de los rehenes?” Me puso al teléfono a la señora Shirley Ball, cajera de Brooklyn. “Es una vergüenza que nada se
haya hecho y el FBI está sacrificando
la vida de siete personas. Están presionando a John y no sé cuánto tiempo durará nuestra suerte.” La señora Ball dijo que John estaba bien, que Sal
estaba muy nervioso. Se le había permitido llamar a casa y hablar con su
marido, que estaba esperando fuera del banco con el resto de la gente.
A las 11,15 p.m. un patrullero del precinto 19
apareció frente a mi departamento. David
Durk telefoneó al FBI para
decirles que estábamos en camino. Bajamos por FDR Drive, con las sirenas aullando, a 150 kms por hora, salimos a
Houston Street, levantamos a Mary Nichols
y volvimos a la avenida de nuevo rumbo a Brooklyn.
20 minutos después, estábamos en medio de la muchedumbre. Miles de
espectadores, cientos de policías. Docenas de oficiales y hordas de reporteros.
David Durk nos llevó, entre la
multitud, al jefe de operaciones del FBI.
Cambio de planes. No nos dejaría acercarnos al banco. ¿Por qué? Se encogió de
hombros. ¿Temía por mi seguridad? Sin respuesta. ¿Tenían otro plan? Sin
respuesta… (Suscribite para recibir el resto de la traducción)
Vocabulario
Renege: to go back on one's word: He has reneged
on his promise.
Uptight: annoyed or angry: Sal was uptight
because the reporters were labeling him a homosexual.
Trigger happy: ready to fire a gun at the least provocation: Sal
was trigger happy.
Para saber
El Village Voice fue fundado en 1955 por
Dan Wolf, Ed Fancher, John Wilcock, and Norman
Mailer. En sus 63 años recibió 3 Premios Pulitzer.
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Esto es parte
de: Tarde de perros
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