Monday, March 4, 2019

Ni lo uno ni lo otro


Al medio

Ni capitalismo salvaje ni izquierda revolucionaria, me gustaría que el sistema de gobierno pasara por un intermedio, en el que se respeten las libertades y a la vez se asista a los más necesitados. Aquí damos la opinión de estos supuestos “luchadores de la libertad”, que dejan bastante que desear. Al final un poco de historia con Venceremos.


Todo lo que se hace se paga y la vida de Sara Jane Olson es una muestra cabal de que se puede huir pero la justicia a la larga te alcanzará. Es que el matar a nombre de una supuesta revolución deja marcas que nada puede cerrar hasta que se aplique la ley. Hemos pasado ya lo suficiente, con revoluciones libertadoras y gritos de “venceremos”, como para aprender que la vida del hombre es sagrada, que nadie puede sesgar una vida así porque sí, y seguir lo más pancho con la rutina. Y es que es mejor siempre cambiar las cosas que necesitan ser cambiadas, desde adentro, en paz.
Sara Jane Olson pensó, en aquellos revolucionarios años de los 70´s, que poner bombas y matar estaba justificado. Todo en nombre de teorías que nunca cuajaron en nada bueno. Pensemos en la Unión Soviética de Stalin o en la Cuba de Castro. ¿No se mató a miles de personas para terminar creando un monstruo tan malo como el capitalismo al que combatían? Porque que yo sepa ni Stalin era un niño de pecho ni Castro repartía bendiciones. Ambos mandaban a matar, torturar y hacer desaparecer a todos aquellos que se opusieran a sus deseos. Sara Jane Olson mató a una madre de 4 chicos e intentó poner una bomba debajo del auto de un policía. Luego se ocultó, cambió su identidad y se insertó en una comunidad tratando de pasar desapercibida, como madre y esposa normal. Y sí, matar a una madre de cuatro niños deja a cuatro personas con una herida abierta, que siempre buscarán justicia. Sara Jane Olson escapó en la década del 70 pero la ley la alcanzó en la del 2000.
Atentado con bomba en la base aerea norteamericana de Ramstein, 1981
Atentado con bomba en la base aerea norteamericana de Ramstein, 1981
Patty Hearst fue secuestrada y adoctrinada. En su encierro sufrió hasta violación de los supuestos revolucionarios idealistas, que a mí se me ocurren más a delincuentes comunes. Luego tomó un arma y asaltó un banco. ¿Qué tenía que pasar? Lo lógico, ser juzgada y condenada. Eso exige cualquier sociedad normal, cuando las leyes funcionan y nadie, ni siquiera una Hearst, está por sobre las mismas.
Por eso es que digo que los cambios deben buscarse en forma pacífica, desde dentro del sistema, con las armas de la ley, y el diálogo. ¿Sino que podes pedir? ¿Clemencia? ¿Acaso tuviste clemencia de los policías, soldados, personas comunes, que murieron a causa de los tiros, y bombas que pusiste, sin tener nada que ver, ni participar en ninguna confabulación?
Si me ponen a elegir entre un David DeFreeze y un Gandhi siempre voy a quedarme con el último. Por antecedentes, valentía, justicia, sacrificio, dignidad, y sobre todo porque respetó la vida del otro, sin ceder en su lucha, en sus ideales.
Por eso digo ¡venceremos! ¡Hasta la victoria siempre! Los que creemos que los cambios de la sociedad deben venir con educación y justicia, en forma pacífica, sin tomar la vida de nadie ni quemar los libros en la plaza pública. ¡Venceremos! Los que amamos la paz y respetamos la vida. Los otros me recuerdan demasiado a los asesinatos, los bombazos de uno y otro lado del espectro político de los 70. ¡Hasta la victoria siempre! A los que creemos en una sociedad más justa pero sin violencia

Venceremos
Venceremos comenzó como una organización política chicana en Redwood City, California, a principios de 1969. Katerina Del Valle fue su presidenta. En 1971 se les unió una facción de la organización Unión Maoísta Revolucionaria (RU), dirigida por H. Bruce Franklin. Venceremos y Franklin favorecieron una estrategia militante basada en la guerra de guerrillas urbana prolongada. Según Franklin, "... estos colectivos habían estado muy involucrados en la organización juvenil dentro de las comunidades proletarias blancas, en la organización de fábricas y en las luchas antiimperialistas en los campus. La nueva organización combinada era multinacional, extremadamente diversificada en sus actividades y base, y bastante militante."
Venceremos abogó públicamente por la autodefensa armada de la ciudadanía, el control comunitario de la policía y la reforma del sistema penitenciario. Para estos fines, los miembros del grupo participaron en una serie de actividades legales, como trabajar para educar a los prisioneros y defender a los manifestantes de guerra. El objetivo final declarado de la organización fue el derrocamiento del gobierno. En 1970, Venceremos abrió su propio colegio comunitario en una tienda de Redwood City que duró hasta que se quedó sin dinero dos años después. El gobierno de Estados Unidos consideró a Venceremos como una amenaza grave, como se vio en el informe de 202 páginas del Comité de Seguridad Interna de la Cámara de Representantes.
El comienzo del fin de Venceremos llegó el 6 de octubre de 1972, cuando varios de sus miembros estuvieron involucrados en un asesinato que acaparó los titulares de los medios.

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Fuentes
Venceremos, Wikipedia

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