Testimonio de Orlando Araúz
Este cruceño. Orlando
Araúz, fue partícipe de la Guerra del
Chaco y cuenta en esta entrevista sus experiencias, la participación de los
cruceños, las acciones de Germán Busch.
Una conclusión que se puede sacar es que la guerra saca todo lo malo del
hombre, las malas acciones.
Los soldados se iban a la campiña y violaban a las
muchachas…
El equipo Vickers que teníamos era pesado…
Le habían cortado el pene, se los habían puesto en
la boca…
La
guerra del Chaco, entre Paraguay y Bolivia, se
libró desde el 9 de septiembre de 1932 hasta el 14 de junio de 1935, por el
control del Chaco Boreal. Fue la
guerra más importante en Sudamérica
durante el siglo XX. En los tres años
de duración, Bolivia movilizó 250.000
soldados y Paraguay 120. 000, que se enfrentaron en combates en los que hubo
gran cantidad de bajas (60.000 bolivianos y 30.000 paraguayos), gran cantidad
de heridos, mutilados y desaparecidos. Los distintos tipos de enfermedades
tanto físicas como psicológicas, la característica hostil del teatro de
operaciones y la falta de agua y mala alimentación produjeron el mayor
porcentaje de bajas y afectaron la salud de los soldados sobrevivientes, a muchos
de por vida.
El enfrentamiento consumió ingentes recursos
económicos de ambos países, de por sí muy pobres.
El cese de
las hostilidades se acordó el 14 de junio de 1935. Bajo la presión de Estados Unidos, por un tratado secreto
firmado el 9 de julio de 1938, Paraguay
renunció a 110.000 km² ocupados por su ejército al cese de las hostilidades. La
zona en litigio quedó dividida en una cuarta parte bajo soberanía boliviana y
tres cuartas partes bajo soberanía paraguaya. Bolivia recibió una zona a orillas del alto río Paraguay.
Guerra
del Chaco - Benemérito Orlando Araúz Aguilera
… En 1932 nos enteramos que aquí en la universidad
se había organizado un batallón, liderado por Cesar Vásquez, un general
retirado, viejo, cruceño, entonces, 8 alumnos nos reunimos y nos presentamos… En
eso llamaron a conscriptos reservistas y se organizó un regimiento que se
llamaba Vanguardia 24… nosotros éramos de 17 años y los otros eran de 30 años.
Marchamos al Chaco en 1932…
Vickers de 6 toneladas, similar a los desplegados por el ejército boliviano |
Cesar Vásquez nos había dado instrucción en la
quinta de Lino Banegas… el clima era bolivianista absoluto. No sabíamos más que
de la patria y nada más. No teníamos nociones de la historia de Santa Cruz…
Contra la oposición de mis padres, de mis abuelos, marchamos a la guerra...
Llegamos a Charagua y ahí acampó el regimiento, 1.200 plazas. Los soldados se
iban a la campiña y violaban a las muchachas, a las madres y a las hijas.
Hacían cosas bárbaras… Me llamó el coronel y me dijo “Usted búsquese ropa de
civil. Está dado de baja. Lo reclaman en Santa Cruz su familia y el ejército no
quiere comprometerse con nadie. Entonces usted se va.” “No” le dije. “No me
voy. Si mis compañeros están ahí y van a decir que soy cobarde.” “Entonces
escóndase. Vamos a decir que no lo hemos hallado para notificarlo.”
Partimos a pie de Charagua. La primera pascana fue
Itaguazurenda. Ahí llevaba una carta de Augusto Gutiérrez Banzer, para su tío. Ahí
se la di y me invitó a cenar. Tenía un comedor más lujoso que no había en Santa
Cruz, con piano y espejos. Era una cosa esplendida. De ahí partimos al rio Parapetí.
Estaba el turbión y nos pusimos los rifles en bandolera y agarrados de la mano
cruzamos el rio. Y estaba Santa Fe, el primer fortín boliviano en el Chaco…
Después marchamos al segundo fortín, el 27 de Noviembre,
y el agua que tomábamos era de turriles gasolineros y tenía gusto a gasolina. El
equipo Vickers que teníamos era pesado. Tenía colcha, colchonetas. Después
partimos y llegamos a Picuiba, después fuimos a Camacho. De Camacho, que ahora
se llama General Estigarribia. Era un fortín hermoso, el más hermoso del chaco…
De ahí nos hicieron marchar a la paraguaya que era
solo una colcha con el moral y las balas y la caramañola y el cuchillo
bayoneta. Ya nuestros hombros estaban pelados de las mochilas. Al fin, tanto
mosquito y todo llegamos a un puesto telefónico. Ahí encontramos dos collas que
se ve que eran de buenas familias de La Paz, los habían emboscados. Le habían
cortado el pene, se los habían puesto en la boca. No tenían los ojos, estaban
cavados. Era una cosa feroz. Llegamos allí, escuchamos los últimos disparos del
fortín Corrales. De allí eran puros regimientos cruceños, el 30, el Warnes, el
Florida, el Ingavi, todingos cruceños. Y lo tomaron al fortín paraguayo. Entonces
nosotros por una senda y llegamos al campo de los muertos. Era una pampa, pampa
monte, puro muertos, hedionda. Una cosa atroz. Los caballangos, esos colorados
grandes de la argentina, estaba el regimiento San Martin, de Argentina, que el
Warnes de Santa Cruz enteringo lo mataron. 700 argentinos que peleaban al lado
de Paraguay fueron muertos por estos muchachos. Allí yo oí el recuerdo de un
soldado, la muerte de un compañero mío de primaria. Hijo de gringo y cruceña.
Era un héroe de verdad. Su jefe del Florida era el mayor Manchego. Ese mayor
tenía su apodo el mayor asalto porque quería asaltar nomás y eso significaba la
muerte… (Transcripción hasta el minuto 37)
Además menciona a Michi Bowland, al héroe de
Boquerón Rogelio Banegas, a Chulupi Landivar, a Federico Figueroa, a Aurelio
Monasterio Da Silva, preso en Asunción, el escape de una emboscada, la falta de
insumos de curación, la sed, el cese de hostilidades.
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Esto es parte del archivo: La experiencia del soldado
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