James
A. Michener cuenta sobre sus comienzos, su madre adoptiva,
la armada, la reacción de la gente a sus libros. Un audio muy interesante.
El autor
James
Albert Michener fue autor de más de 40 libros, la
mayoria de ellos de ficción. Sus
novelas incluyen Tales
of the South Pacific, Hawaii, The Drifters, Centennial, The Source, The Fires
of Spring, Chesapeake, Caribbean, Caravans, Alaska, Texas, y Poland.
La prodigiosa producción de Michener se compuso de novelas largas, muchas de las cuales tenían
más de 1.000 páginas. El autor señala en My
Lost Mexico (1992) que por momentos pasaba 12 o 15 horas al día en su
máquina de escribir, por semanas enteras, y que usaba tanto papel que tenía
problemas con su sistema de archivo.
James Michener & Stephen Banker
James
Michener entrevistado por Stephen Banker en 1978
Este es el lugar donde James A. Michener escribió su último libro Chesapeake, que al igual que muchos de sus predecesores rápidamente
se hizo lugar entre los best-sellers. Who´s Who in America lista a James A.
Michener, nacido en la ciudad de Nueva York, el 3 de febrero de 1907, hijo de
Edward y Mabel Haddock Michener, pero esta información, como los libros de Michener, es mitad realidad y mitad
fantasía. Nadie sabe la fecha exacta de su nacimiento. Pero es realidad que un
desconocido bebé, que se convertiría en un famoso escritor, fue traído a la
señora Michener, viuda, a comienzos de febrero de ese año. Era Pennsylvania, no
Nueva York, y el hombre listado como su padre, Edwin Michener, había muerto
siete años antes. La historia de cómo ese bebé no solo sobrevivió sino que
además se hizo enormemente popular con South Pacific, Sayonnara, Hawai, Centennial
y ahora Chesapeake, es una que Michener
no intenta contar. En lo que a él concierne es solo un tipo con suerte, que
escribe libros que hace sentir bien a la gente.
—Mucha gente me escribe todos los días contándome
que se sienten bien con lo que he escrito. Es una experiencia única. Tengo una
forma de escribir que es buena para mí. No se la recomiendo a nadie más, hay
otras maneras infinitamente mejores, pero estoy seguro que esta es la forma
adecuada para mí.
—Y para los lectores también, parece que lo
disfrutan.
—Sí. La típica carta que recibo es sobre que
lamentan que el libro termine porque paso mucho tiempo del día creando un
pequeño universo, en el que los lectores pueden vivir. Y si ellos sobreviven a
las primeras 100 páginas entonces son ciudadanos de ese pequeño universo.
—Recién dijo que llegó a esta manera de escribir,
como si fuera por accidente.
—Creo que sí. No creo que fuera consciente. Tenía un
buen background en historia y en literatura y como que oscilaba entre estos dos
campos, casi la mitad de mis libros son no ficción. Y cuando estoy escribiendo
ficción deseo que estuviera escribiendo no ficción. Por lo que mi escritura es
una mezcla de los dos.
—Tuvo un comienzo misterioso de bebé.
—Tuve una niñez difícil. No supe quienes fueron mis
verdaderos padres. Fui criado por una maravillosa mujer, en un pequeño pueblo
en Pennsylvania. Siempre tenía siete u ocho niños abandonados. Crecí en un
maravilloso hogar de amistad y amor. De robustez y corrección.
—Y la gente que cree que una salida del atraso es la
educación.
— ¿Qué edad tenía cuando lo encontraron?
—No tengo idea.
—Pero debe haber sido muy cerca de su nacimiento.
—Sí. Los papeles que tengo para sacar mi pasaporte
dicen que nací en el estado de Nueva York pero no sé nada de las circunstancias.
— ¿Cómo lo encontraron? ¿Abrieron la puerta y usted
estaba allí?
—La mayoría de los chicos que le trajeron a mi madre
fueron traídos por la policía. Habían sido abandonados o nacidos de madres
solteras, que en 1907 era un drama. Y las mujeres embarazadas así eran
rechazadas en los pequeños pueblos.
—Y cuando la señora Michener no tenía plata para
mantenerlo, o a los otros chicos debía ir al orfanato.
—Sí. Tuve dos o tres períodos de orfanato cuando las
finanzas caseras se desplomaron. Vivimos en la pobreza por un tiempo largo. Lo recuerdo
vívidamente porque era el que estaba más cerca a la señora Michener. Tenía cuatro
o cinco años…
— ¿Tiene consciencia que su interés por las
generaciones puede tener que ver con su infancia?
—Nunca lo pensé así hasta el año pasado. Varios me
preguntaron sobre eso. Y es perfectamente lógico, que una llevó a la otra. Si es
así es totalmente inconsciente. Estoy más interesado en historia que en
genealogía, pero la una lleva a la otra. Es la historia que estoy interesado en
contar, que se da en grandes lazos de valores e intereses. Pienso que esto es
más accidental que otra cosa.
—De todas formas usted fue un niño brillante, obtuvo
becas, fue a una universidad, se graduó summa cam laude. Tuvo una variedad de
trabajos, como editor, como escritor. Hasta que tuvo 40 y publicó, ya había
publicado un texto antes, pero fue si primer libro con el objetivo de
entretener.
—Nunca había escrito nada antes. En realidad lo
escribí cuando tenía 39 y fue publicado a los 40, lo que es peligroso. No mucha
gente se sale con la suya a esa edad. Cuando empecé a escribir sabía lo que
quería decir. Tenía buenos antecedentes, había leído casi todos los buenos
libros del mundo. Sabía de lo que se trataba la escritura.
—Y estando en la armada tenía tiempo. Tenía 3
comidas al día y una máquina de escribir.
—Tuve mucha suerte de tener a un comandante que
quería desesperadamente ser capitán y una de las formas de lograrlo era tener a
muchos hombres bajo su mando. Y me senté y escribí mi primer libro.
—Tales of the South Pacific, publicado en 1947.
—Sí.
—Ganando el premio Pulitzer. Un hecho increíble para
un primer libro.
—Es un buen comienzo, y luego Rodgers y Hammerstein lo
leyeron en vacaciones y decidieron hacer un musical con él. Y se hizo un gran
musical y las cosas fueron más fáciles a partir de allí… (Traducción hasta los
7.49 minutos)
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Fuentes
James Michener,
Wikipedia
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