Uno de los hechos más controvertidos durante la
campaña de Sicilia fueron los cachetazos
del general Patton a dos de sus
hombres, a los que creía que fingían. Se discutió en la prensa si debía ser
removido de su cargo, aunque sus camaradas, y sus propios soldados, apoyaron a Patton. Para saber: Drew Pearson. En vocalubario: malingerer
Un corresponsal de guerra escuchó a Patton, enojado, negar la realidad del
impacto de los combates, alegando que la condición era "una invención de
los judíos…"
Patton
ordenó que se los sacara del hospital. No entendió que los hombres tienen
diferentes puntos de quiebre. Pensaba que todos los soldados tenían que tener
estándares muy altos. Y en la mente de Patton
el coraje estaba en lo más alto…
Dos incidentes, muy publicitados, en el que Patton golpeó a subordinados durante la
campaña en Sicilia, atrajeron la
controversia nacional. El 3 de agosto de 1943 Patton abofeteó y abusó verbalmente del soldado Charles H. Kuhl
en un hospital cuando descubrió que estaba allí sufriendo de “fatiga de
batalla.” El 10 de agosto hizo lo mismo con el soldado Paul G. Bennett. Ordenando a ambos soldados que regresaran a la
línea del frente, Patton criticó la
cobardía y dio órdenes a sus comandantes de disciplinar a cualquier soldado que
presentara quejas similares.
Algún tiempo antes el mayor general Clarence R. Huebner, sobre el estado en
el frente reportó: "Las líneas del frente parecen estar disminuyendo. Hay
una gran cantidad de 'simuladores' en los hospitales, fingiendo enfermedades
para evitar el combate". En una directiva emitida a los comandantes el 5
de agosto, Patton prohibió la
"fatiga de batalla" en el
Séptimo Ejército:
“Me ha llamado la atención que un número muy pequeño
de soldados van al hospital con el pretexto de que están nerviosamente incapacitados
de combatir. Esos hombres son cobardes y desacreditan al ejército y deshonran a
sus camaradas, a quienes dejan sin corazón para soportar los peligros de la
batalla mientras ellos usan el hospital como medio de escape…”
Patton con heridos a punto de ser evacuados |
There seems to
be a very large number of 'malingerers'
at the hospitals… (A person who
shirks his work or duty (especially one who tries
to evade military service in wartime)
Un corresponsal de guerra escuchó a Patton, enojado, negar la realidad del
impacto de los combates, alegando que la condición era "una invención de
los judíos".
Eisenhower
evitó que se mantuviera algún registro formal de los incidentes, salvo en sus
propios archivos secretos. Aun así, sugirió fuertemente que Patton se disculpe con todos los
involucrados. El 21 de agosto, Patton
llevó a Bennett a su oficina; se
disculpó y los hombres se dieron la mano. El 22 de agosto, se reunió con el
personal médico que había presenciado los eventos en cada unidad y expresó su
pesar por sus "acciones impulsivas".
Patton
escribió en su diario que detestaba disculparse, particularmente cuando el
comandante de la brigada de Bennett,
el general de brigada John A. Crane,
le dijo que Bennett había
desaparecido sin permiso y llegó al hospital "representando falsamente su
condición".
Como la noticia de las acciones se había difundido
informalmente entre las tropas del Séptimo
Ejército, Patton condujo a cada división bajo su mando entre el 24 y el 30
de agosto y pronunció un discurso de 15 minutos en el que elogió su
comportamiento y se disculpó por cualquier caso en el que había sido demasiado
duro con los soldados. En su discurso de disculpa final ante la 3a División de Infantería de EE. UU., Patton se sintió abrumado por la emoción
cuando los soldados comenzaron a cantar solidariamente "No, general, no,
no"; para evitar que tuviera que disculparse.
La esposa de Patton,
Beatrice, lo defendió en la prensa. Apareció en True Confessions, una revista femenina, en la que caracterizó a Patton como el “más duro general de la
armada…”
“Se sabe que ha llorado en la tumba de sus hombres. Ya
está hecho y estoy segura que Georgie
lo siente más que nadie…”— Beatrice Patton in the Washington Post, 26 November 1943
Professor D’Este discussed his book,
Patton: A Genius for War, published by Harper Collins. He said he was
attempting to show how Patton’s early
life affected his career as an Army general in World War II.
November 20, 1995
—Usted dice en su libro que si el general Patton no hubiera abofeteado a dos soldados en medio de la Segunda Guerra Mundial, el curso de
la historia hubiera cambiado. ¿Qué quiso decir?
—Los dos incidentes que tuvieron lugar al final de
la campaña de Sicilia, pienso que
fueron fundamentales en la carrera militar de Patton. El 3 y el 5 de agosto, como era su costumbre, Patton visitó dos hospitales de la
armada donde había soldados heridos. Generalmente iba allí, diariamente,
condecoraba a algún soldado, y se apiadaba de alguien. Era algo que hizo
durante toda su carrera militar. Desafortunadamente su notoriedad está basada
en estos dos eventos en los cuales creyó que los soldados estaban fingiendo,
que estaban allí sin razón. Perdió la compostura por completo, los abofeteó y
los hizo esposar.
Patton
ordenó que se los sacara del hospital. No entendió que los hombres tienen
diferentes puntos de quiebre. Pensaba que todos los soldados tenían que tener
estándares muy altos. Y en la mente de Patton
el coraje estaba en lo más alto y la cobardía era el peor pecado. Uno de los
soldados se estaba recuperando de disentería y el otro de malaria.
No fue capaz de darse cuenta, en ese momento de
furia, que algo más estaba pasándoles. Y pienso que esto fue causado en parte
por dos cosas: estaba bajo un tremendo stress al final de la campaña y en una
especie de carrera con Montgomery para
terminar la campaña primero que los británicos. También había estado bajo la
mira de Eisenhower porque había
habido un desafortunado fuego amigo al comienzo de la campaña de Sicilia, cuando el 504 fue atacado por
error cuando entraron en Sicilia y 84
hombres murieron. Y Eisenhower lo
culpaba por esto.
—Este evento de las cachetadas en 1943, en medio de
la Segunda Guerra Mundial,¿cómo se
enteró el público?
—Los corresponsales se enteraron de inmediato y hubo
una especie de escándalo entre los
hombres de prensa. Algunos pensaron que fue Patton
siendo Patton. Otros sintieron que
fue una ofensa grave, que Patton
tendría que ser removido. Y varios de ellos fueron a Argelia, con Eisenhower,
a demandar que Patton fuera echado. John Charles Daly, de la CBS fue uno de
ellos.
—Pero ¿por qué los corresponsales, en medio de la guerra,
pensaron que podían pedir que se echara a un general?
—Ellos estaban en llamas. Pensaron que la idea de un
general abofeteando a dos soldados era inconcebible. Y se podría decir que
excedieron sus límites. Eisenhower
les dijo: “No puedo evitar que hagan sus reportes pero les ruego, en nombre de
la unidad aliada, necesito a este hombre. No puedo ganar la guerra sin este hombre. Y si
esto se hace público probablemente sea removido y tenga que enviarlo a casa.
Les pido, en un arreglo de caballeros, que esto quede entre nosotros.”
La única razón por la que se hizo público fue que
alguien le dijo a Drew Pearson, que era un símbolo nacional, junto a Walter Winchell, en aquellos días…
(Traducidos 5 min.)
Para
saber
Drew
Pearson
fue
uno de los columnistas más conocidos de su época. Escribía la columna “Washington Merry-Go-Round”, en la que
criticaba a figuras públicas. También apareció en el programa Drew Pearson Comments.
Drew Pearson con su esposa y el hijo de esta, 1937 |
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Si los indios te temían te quebraban los brazos y
las piernas, de manera que no fueras un peligro en el más allá… Custer
en Little Bighorn
Conocí al general Pershing. Estuvo con mi padre cuando perseguían a Pancho Villa. Solía venir a casa con
frecuencia, era muy solitario. .. La
hija del general Patton
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