Segunda Guerra Mundial
Un video, de propaganda norteamericana, cuando los
viajeros judíos del MS St. Louis
trataron de buscar refugio en Cuba, Estados Unidos, y Canadá, sin éxito. Muchos
de esos pasajeros terminaron sus días en los campos de concentración nazi,
muertos por la maldad de Hitler y de todos aquellos que miraron para otro lado,
a pesar del sufrimiento de tantos y tantos niños, jóvenes y viejos. Hace falta
más valientes y menos burócratas.
El MS St.
Louis era un barco de pasajeros. En 1939 empezó su viaje
en el cual su capitán, Gustav Schröder,
trató de encontrar un hogar para más de 900 refugiados judíos de Alemania. Después
que se les negara entrada en Cuba, los Estados Unidos y Canadá, los refugiados
fueron aceptados en Holanda, El Reino Unido y Francia. Los historiadores han
estimado que cerca de un cuarto de ellos murió en campos de concentración
durante la Segunda Guerra Mundial.
El capitán
Schröder era alemán no judío, que se
metió en grandes dificultades para asegurar un trato digno para sus pasajeros.
El barco llegó al puerto de la Habana el 27 de mayo.
El gobierno cubano, presidido por Federico Laredo Brú, se negó a aceptar
refugiados extranjeros. Después de 5 días en el puerto solo 29 pasajeros fueron
autorizados a desembarcar en Cuba. Veintidós eran judíos que tenían visas válidas para EEUU.
El St. Louis
entonces se dirigió a Estados Unidos. El capitán
Schröder tenía la esperanza de que fueran aceptados. Cordell Hull,
secretario de estado, le aconsejó a Roosevelt que no los aceptara. Así la
guardia costera custodió el barco para que nadie pudiera desembarcar.
Un grupo de académicos en Canadá trató de persuadir
al primer ministro William Lyon Mackenzie King, para que se
les diera asilo. Estaban a solo dos días de Halifax, Nova Scotia. El oficial de
inmigración Frederick Blair, convenció al primer ministro de no
intervenir.
El capitán Schröder
pensó en hundir el barco en las costas británicas para forzar al gobierno a que
se los tome como refugiados. Se negaba a retornar a Alemania hasta que todos
los pasajeros hubieran conseguido entrada en otro país. Finalmente el barco
retornó a Europa, anclando en Antwerp, Bélgica, en junio de 1939, con 907
pasajeros.
El capitán Schroder negocia con las autoridades de Bélgica |
Refugiados
judíos del St. Louis (1.02)
El barco St.
Louis retornado de Cuba trae su carga de seres humanos a puerto finalmente.
Novecientos desafortunados judíos sin país fueron albergados en Bélgica después
de cinco semanas en suspenso en el barco. A través de la generosidad
norteamericana encontrarán un hogar temporario en Francia, Holanda e
Inglaterra. Estos son unos pocos afortunados, salvados por la publicidad, del
destino de sus camaradas. Diez mil de sus camaradas están aún sin hogar en alta
mar buscando un santuario en vano. Tres millones más están en esclavitud en
Europa central, una esclavitud que los fuerza a la emigración más grande desde
la época de los faraones. Victimas desesperadas de un régimen sin piedad que no
perdona a ricos o pobres, enfermos, jóvenes o viejos. Que los desnuda de todas
sus ropas y los expulsa de la sociedad. Al menos para aquellos que escaparon,
sin dinero, indomables, la vida parece mejor.
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Fuentes
MS St. Louis, Wikipedia.
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